jueves, 11 de febrero de 2010

Corazón a lóbulos.


Es hora, buenos días. Seguramente cuando, dentro de 4 millones de años hablen de mi se refieran a un ser, de extraña fisionomía de alrededor de 20 años. Lo cual no esta muy errado.
Me llamo Maria, y nací un día como hoy, dependiendo de que día sea hoy.
De padres normales, y abuelos normales. Supongo que tuve una infancia feliz, ya que no tengo muchos traumas aparentes de aquel periodo de mi vida.
Repentinamente me vi en la adolescencia, que dicen, que es cuando realmente se gesta el carácter, el ser de cada uno. Hasta el momento soy impulsiva, manipuladora, perversa y egoísta.
Mi corazón, se divide en lóbulos y cada uno se ocupa de una función distinta, igual que el cerebro. Esa es mi particularidad: no pienso con la cabeza, si no que lo hago con el corazón.
Se imaginaran los problemas que me surge de tener esta extraña patología: una vez, me sentí tan, tan frustrada en un examen que empece a gritar las soluciones, y bueno, ni hablar de cuando me enamoro; no tengo filtro. Bueno, mejor ni recordarlo.
Ni hablemos cuando a mi interior ingresa el alcohol. Por lo general suele potenciar mi locura. Ahí es cuando realmente suceden cosas extrañas en mi. La locura hace florecer cosas nunca vistas en mi. Ataques de amor, extraño, lloro, risa desmedida, y aveces hasta pienso las cosas antes de hacerlas, es como que si mi corazón se inhibiera al ingerir dicha sustancia.
Es una patología que ni los médicos saben definir bien. Solo que, cuando vuelve el dìa, con el vuelven también, mi corazón con lóbulos.


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